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Facultad de Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte

¿Es mejor ir al gimnasio o ejercitarse al aire libre?

Nuestros profesores Miguel Ángel Gómez Ruano y Luis Miguel Ruiz Pérez han publicado nuevo artículo en EL PAIS Salud. Los beneficios de la actividad física en el exterior se multiplican cuando se relacionan con aspectos psicológicos, sociales y emocionales.

18.03.23 (Publicado en El Pais Salud)

Todos hemos visto a gente practicando taichí en los parques de sus ciudades, corriendo por la playa o ejercitándose en espacios naturales. Aunque, por nuestra experiencia vital, a primera vista nos parezca que es llevar al exterior la actividad propia del gimnasio, lo cierto es que esas formas de hacer ejercicio eran lo natural para el ser humano hasta que la actividad física se estabuló, primero en gimnasios y luego en salas de fitness. Desde el siglo XIX en estas instalaciones se ha buscado reproducir lo que ofrecía la naturaleza y lo que en ella se podría realizar. Así surgieron espalderas, cuadros suecos, cuerdas, escalas, muros, pistas, piscinas, máquinas de todo tipo, bicicletas estáticas o rocódromos. En definitiva, lugares más estables y controlados que han ido evolucionando al compás de las múltiples corrientes pedagógicas existentes en el ámbito del ejercicio físico.

Pero la naturaleza siempre ha sido el gran gimnasio, el mejor centro de fitness donde el ser humano ha desarrollado su competencia física y su salud, y donde ha satisfecho su necesidad de movimiento. Todas las culturas lo han escrito y promocionado. Las escuelas nórdicas de gimnasia promovían el tránsito de los espacios abiertos a los espacios cerrados a la hora de ejercitarse. También el naturalista Georges Hébert se dio cuenta de su importancia mientras navegaba por el mundo y contemplaba cómo se ejercitaban los nativos de las islas en las que atracaba. Aquellas observaciones le llevaron a desarrollar un método de ejercitación al que denominó Natural (1912).

Para Hébert se hacía necesario volver a los movimientos llevados a cabo en la naturaleza. Con su método natural y su lema “ser fuerte para ser útil”, se buscaba el control del cuerpo, la mente y el espíritu en un entorno natural al desarrollar las cualidades físicas (resistencia, fuerza o velocidad) y poder moverse de forma eficiente saltando, trepando, corriendo, equilibrándose, superando obstáculos, cargando pesos, lanzando, defendiéndose o desenvolviéndose en el medio acuático.

Esa tendencia ha vuelto un siglo después, pero esta vez dentro de una nave industrial. Es el caso del crosstraining o crossfit, donde se salta repetidamente sobre cajones de madera, se movilizan enormes ruedas de tractor o se trepan por cuerdas que en otro tiempo fueron odiadas por los estudiantes de bachillerato en sus clases de Educación Física. Debido a la configuración de las grandes ciudades y de las jornadas laborales, hoy en día se han reducido el tiempo de exposición a los espacios verdes y azules, confinando el ejercicio físico a periodos concretos de tiempo y, generalmente, en interiores. Todo está empaquetado en sus diferentes cajitas, como Malvina Reynolds criticaba en su canción de 1962 Little Boxes.

Buscar un espacio natural donde practicar esos movimientos naturales es un esfuerzo añadido para gran parte de la población. De ahí que se plantee la pregunta: ¿Es más beneficioso ejercitarse en interiores o en exteriores? Un primer análisis de pros y contras no ayuda demasiado a inclinar la balanza. A cubierto podemos hacer ejercicio durante todo el año, sin tener en cuenta el clima o el momento del día, son entornos equipados con el material necesario para la práctica, son limpios y seguros. Asimismo, permiten generar un momento de introversión de trabajo individual o un contexto social como el de las clases colectivas. Por otro lado, el ejercicio al aire libre es más variado, teniendo posibilidades de deporte reglado (rugby, atletismo o ciclismo) o actividades físicas (caminar, trotar, senderismo, orientación, escalada, utilizar los espacios en parques, etc.). Igualmente, los espacios abiertos ofrecen opciones para socializar y también mayores momentos para la soledad y libertad, aumentando la capacidad de recuperación mental y física.

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