Juegos Olímpicos en tiempos de crisis
Antonio Rivero Herraiz, Decano de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte UPM reflexiona sobre lo que supondrían unos Juegos Olímpicos para Madrid.
06.09.13 (Publicado en upm.es)
POR ANTONIO RIVERO HERRAIZ
El próximo sábado el Comité Olímpico Internacional decidirá en Buenos Aires cual será la sede de los JJ.OO de 2020. Madrid es aspirante por tercera vez consecutiva, con serias posibilidades de ser la ciudad elegida.
Durante las últimas semanas y ante la próxima decisión se ha producido un debate en los medios de comunicación, tertulias, páginas web, blogs, etc., este debate no es sobre la posibilidades que tiene Madrid de ser elegida –que son muchas-, sino sobre si conviene su elección para los intereses generales de la ciudad y de sus moradores.
La historia de los juegos olímpicos modernos -que comenzó en Atenas en el año 1896-es variopinta en éxitos y fracasos, pues si bien en la parte deportiva siempre ha salido airosa; en lo social, en lo político y en lo económico no siempre ha sido así.
Protestas sociales con trágico final (México 68), atentados terroristas con graves repercusiones políticas (Munich 72), boicots políticos que casi hicieron fracasar los Juegos (Moscú 80, Los Ángeles 84) o la mala gestión con quiebras económicas reconocidas (Montreal 76, Atenas 2000) se han alternado con éxitos rotundos como en Barcelona 92 o Sidney 2004. La última experiencia, la de Londres en 2012, parece haber sido satisfactoria tanto en lo deportivo como en lo económico.
Pero como dije antes, en el debate actual no se entra en discusión por el éxito organizativo o deportivo que nos puedan deparar los Juegos, lo que toma protagonismo es la conveniencia o no de la organización del acontecimiento en toda su dimensión.
Al margen de las instituciones deportivas que, como es lógico, ven en la celebración la consecución de un objetivo que es su razón de ser, podemos observar que existen dos posturas que parecen irreconciliables: la mayoritaria, que ve en los JJ.OO un posible reactivador de nuestra economía con creación de puestos de trabajo y la crítica, que vaticina una nueva fuente de despilfarro, de interesas particulares y con poco beneficio general, a largo plazo, para esta sociedad madrileña tan golpeada por la crisis. También ronda entre parte de la opinión pública el temor de que los Juegos sean un nuevo foco de corrupción.
En mi modesta opinión, creo que si los Juegos Olímpicos de 2020 se celebrasen en Madrid sería una oportunidad única para reactivar nuestras conciencias y voluntades, para demostrar nuestras capacidades: que podemos y sabemos hacer las cosas, que no nos dejamos caer de brazos esperando que nos solucionen los problemas. La organización de los JJ.OO puede ser un medio para demostrar muchas cosas fuera y dentro de nuestro país y, sobre todo, para que nosotros mismos recobremos esa confianza que parece perdida. Como he dicho en otros medios de comunicación que me han preguntado: si nos conceden los juegos y se organizan bien, si los objetivos están claros, si las fuentes de financiación y los retornos están bien ponderados y si se realiza una gestión honesta con unos criterios acertados, los JJ.OO pueden ser un revulsivo para todos nosotros. Por otra parte la mayoría de las infraestructuras deportivas ya están construidas y el fracaso sería no utilizarlas para lo que fueron proyectadas, al margen de que se les pueda dar otra utilización posterior. Otra cosa sería que tuviéramos que empezar de cero.
Los JJ.OO serían un importante “test” no sólo para nuestro deporte sino para nuestras instituciones públicas y privadas, para los profesionales del deporte y de otros sectores igualmente importantes en la organización de un evento de estas dimensiones. Yo apuesto por los Juegos, unos juegos para los deportistas y para el mundo, sin grandes fastos –la fiesta es el deporte-, donde queden infraestructuras para la población, que luego se sepan gestionar y sean un bien común para la ciudad y que el dinero público invertido revierta en los ciudadanos.
El próximo sábado sabremos si seguirá el debate, o lo dejaremos en el recuerdo para otra ocasión.
* Antonio Rivero Herraiz, Decano de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) de la UPM.