Cómo ejercitarse para conservar la salud de los huesos tras la menopausia
Los beneficios frente a la osteoporosis son mayores si se incorporan ejercicios progresivos de fuerza, sobre todo en el tren inferior, y también se recomienda practicar el equilibrio y actividades con impacto
Artículo publicado en: EL PAIS. Salud y Bienestar
Laura acaba de volver del médico con un diagnóstico claro: a sus 51 años, tras más de un año desde su última regla, acaba de comenzar la etapa de la posmenopausia. Las dudas le asaltan, pero sobre todo le preocupa la osteoporosis. Su médico le ha indicado las características de este periodo y la importancia del ejercicio físico y tener una vida activa, pero ¿en qué le afecta esto a sus huesos y qué puede hacer para compensar ese efecto negativo de la menopausia sobre su salud?
En esta fase se produce un descenso de la producción de las hormonas sexuales femeninas (estrógenos y progesterona). Particularmente, el estradiol tiene un efecto beneficioso para la salud ósea y, por tanto, la menopausia contribuye a la pérdida de la densidad mineral ósea de manera acelerada. Es la denominada osteopenia y, en las fases más avanzadas, el hueso puede ir perdiendo mayor densidad y su estructura podría deteriorarse hasta ocasionar una osteoporosis (hueso poroso), o incluso una fractura ósea.
Por este motivo, el papel del ejercicio físico es fundamental como herramienta para prevenir y revertir la osteoporosis. Los estudios reflejan que el ejercicio físico es favorable a la hora de prevenir fracturas y de reducir el número de caídas, especialmente cuando se focaliza la supervisión del mismo sobre las regiones óseas más afectadas por la pérdida de densidad mineral ósea de la zona lumbar: la cabeza y cuello del fémur y la región de la cadera; esas son, a su vez, las zonas más tendentes a sufrir una fractura osteoporótica.
Las investigaciones científicas han mostrado beneficios moderados del ejercicio físico en la densidad mineral ósea en la región lumbar, el fémur y la cadera en mujeres posmenopáusicas, independientemente del estatus óseo o la fase de la menopausia. Asimismo, existe un efecto favorable, independientemente del tipo de ejercicio (aeróbico, fuerza o combinado) que se realiza a la hora de mejorar el nivel de densidad mineral ósea.