Universidad Politécnica de Madrid Universidad Politécnica de Madrid

Facultad de Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte

El deporte en la vida del hombre

El 6 de abril se celebra el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, que conmemora la inauguración de los primeros Juegos Olímpicos, celebrada en Atenas, en 1896.

04.04.14 (Publicado en upm.es)

Por RUBÉN BARAKAT

Los últimos Juegos Olímpicos realizados en Londres han vuelto a poner de relieve la impresionante capacidad de convocatoria y el poder de atracción de ese fenómeno llamado deporte. Un ejemplo de ello podría ser, seguramente, la ceremonia inaugural: en todo el planeta, nunca tanta gente había prestado su atención a un mismo fenómeno o evento en un mismo instante. Ése es, entre otros, el poder del deporte.

Ahora bien, también es cierto que, en la actualidad, ese poder está absolutamente desaprovechado en cuanto a sus reales posibilidades. La historia del deporte nos demuestra que ha acompañado el devenir de los pueblos desde su mismo origen y a lo largo de su desarrollo. Tanto es así que, hoy en día, se utilizan los niveles de práctica físico-deportiva de las poblaciones como un índice de desarrollo de las comunidades. En este sentido se hace necesario, casi imprescindible, conocer y utilizar los valores del deporte con el fin de promover y mejorar la evolución del ser humano en todos sus ámbitos, no sólo el físico o motor.

Asimismo, existen una serie de factores de relevancia social, cultural y económica que nos permiten asegurar un importante aumento en la demanda futura de todos los campos  relacionados con la práctica masiva de actividad física y deportes, desde los más básicos y conocidos (artículos e indumentaria deportiva, materiales, instalaciones), hasta aquellos que atañen al diseño y desarrollo de nuevos programas y formas de actuación.

Por otra parte, el impresionante desarrollo tecnológico y el innegable poder mediático de los medios de comunicación han dado a luz un autentico fenómeno social, cultural y económico: el deporte moderno. En palabras de N. Elías: tenemos uno de los grandes inventos sociales que los seres humanos han creado sin ningún plan de hacerlo.

El nuevo concepto de “Salud”

Unido a esto, y debido al propio carácter polisémico del término, actualmente entendemos como deporte una serie de actividades (andar, correr, actividades recreativas diversas, etc.) que no se acercan exactamente a la práctica convencional deportiva de carácter competitivo, pero que han absorbido a todos los tramos poblacionales. Seguramente, la consecuencia más notable en cuanto a esta situación sea el nuevo concepto de salud que ha desarrollado la sociedad de nuestros días alrededor de la práctica deportiva, a veces no muy bien fundamentado.

Este nuevo concepto de “salud” es otro de los factores que ha dado un gran protagonismo a las prácticas físico-deportivas. Esta nueva forma de entender el bienestar humano hace que “estar sano”, que tradicionalmente se entendía simplemente como “ausencia de enfermedad”, sea ahora un estado de equilibrio general que abarca todos los ámbitos del ser humano, concepción que sin lugar a dudas posiciona la práctica de actividades físicas y deportivas como agente de primer orden.
Aparecen así nuevos términos, como deporte para todos, calidad de vida, deporte para la salud, bienestar psico-físico, estar en forma y otros, que llevan asociada la actividad física y los deportes como condición básica para alcanzar ese deseado “bienestar general”.

Hacia un modelo de deporte educativo

Por lo visto hasta aquí, resulta sencillo especular con la idea de que se cuenta con un recurso metodológico incomparable para la transmisión de contenidos de todo tipo, es decir podemos pensar en utilizar el deporte para, a través del proceso educativo, favorecer el desarrollo humano.
No obstante, y como decíamos anteriormente, el deporte continua siendo un elemento privilegiado y al mismo tiempo desaprovechado desde la perspectiva del desarrollo humano. El deporte sigue teniendo “cuentas pendientes” con la formación del ciudadano, esto es así porque tradicional e históricamente el deporte se ha “enseñado mal”, se ha intentado transmitir un modelo de deporte no adaptado a la realidad del educando, del receptor, acercándolo a modelos ultra-competitivos y de rendimiento, ámbito en el cual pierde toda su potencialidad para una adecuada transmisión de valores inherentes al desarrollo humano. Se hace necesario encontrar un modelo de deporte educativo válido para, a través de él, desarrollar en todos los tramos poblacionales una serie de capacidades que no sólo tienen que ver con factores motrices sino también con capacidades de orden cognitivo, social y afectivo.

Como decía J Le Boulch (1991) “desde sus orígenes educación y deporte, lejos de complementarse, salvo en raras ocasiones, han adoptado posiciones opuestas”.

Para ello se hace necesario, casi imprescindible, despojar al deporte de una serie de rasgos que lo acercan al ámbito profesional y lo alejan del educativo.

Algunos factores propios del deporte profesional que deberían evitarse

  • Evitar la reproducción del modelo deportivo profesional en el entorno educativo.
  • Despojar de la práctica físico-deportiva, la constante búsqueda del héroe deportivo.
  • Utilizar el factor competitivo como un acicate de la práctica sin caer en el desequilibrio ultra-competitivo.
  • Promover prácticas variadas y novedosas de diferentes disciplinas deportivas. Evitar la propuesta de los deportes tradicionales como única oferta.
  • Facilitar el acceso de TODOS/AS a la práctica deportiva, evitar el “filtro motriz”, en el que sólo triunfan los más hábiles.

Un modelo de deporte formativo al servicio de la formación integral del ser humano en todos sus ámbitos

Es posible encontrar un modelo de deporte educativo es necesario. La educación no puede, de ninguna manera, dejar pasar la oportunidad para servirse de un motor formativo tan potente.

Para ello es necesario rescatar la esencia del deporte, y esto es muy sencillo, porque el deporte en su origen siempre es un juego, y este componente lúdico es lo que nos va a permitir llegar a todos a través de un deporte que, sin perder su atractivo (sana confrontación) permita el desarrollo de capacidades y habilidades motrices, cognitivas sociales y afectivas en todos los tramos poblacionales.

No olvidemos que en el juego están representados todos los intereses y necesidades de la vida del ser humano (no solo de los niños/as). A través del juego el hombre vive (o vuelve) a un mundo imaginario en el que todo es posible. Allí es realizable la maravillosa utopía del desarrollo integral del ser humano.

Resulta urgente eliminar de la práctica deportiva aquellos elementos que impiden la inclusión y el disfrute de grandes volúmenes de personas, generalmente por razones de competencia o eficacia motriz. Esto sólo es posible rescatando la idea inicial que dio origen a este fenómeno que hoy conocemos como deporte: se trata simplemente de jugar.  

Rubén Barakat es profesor de la Universidad Politécnica de Madrid en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF).